Padre nutricio del Hijo de Dios

"A Jesús, por María, con José": He aquí el lema de los Siervos y Siervas de Nuestra Señora. En efecto tenemos la preocupación de hacer conocer y amar a San José, porque está tan desconocido para no decir ignorado, mientras que es tan grande a los ojos de Dios y que no podemos ponerle la misma fila que los Santos.
Cuando hablamos de San José, nos lo representamos muy a menudo con el niño Jesús en sus brazos o trabajando con él en su humilde taller de Nazaret. Es verdad que San José vivió en la intimidad de Jesús y de María. Compartió los secretos íntimos de la vida de Nazaret.

Comprendemos que Jesús se puso a la escuela de San José para el trabajo de cada día pero comprendemos también que San José tuvo por guía espiritual el Niño-Dios, de lo cual era el Padre Nutricio.
Admiramos en San José, el Hombre justo de la Escritura Santa con su bondad, su suavidad, su paciencia en las pruebas y su tierno cariño para Jesús y María. Padre adoptivo de Jesús, nos gusta considerarlo como nuestro Padre adoptivo.

Confiamos en él porque sabemos, por haberlo experimentado, cuanto cuida de cada uno de nosotros, de nuestra Congregación, de las personas que le confiamos. ¡Y pensamos también en lo que tuvo que ser la muerte de San José, entre los brazos del propio Dios!
Honramos a San José cada día, pero más particularmente en el 19 de cada mes y durante el mes de marzo que le está tradicionalmente consagrado.