Fraternite Notre Dame | Vocaciones sacerdotales y religiosas

Vocaciones sacerdotales y religiosas

"SI NOS CALLAMOS, LAS PIEDRAS GRITARAN..."

En nuestro pobre mundo corrupto y corruptor, la idea de Dios y los valores cristianos son rechazados de casi toda parte, de las escuelas, de los lugares de trabajos, de los lugares públicos, de los hogares, incluso de los corazones de ciertos cristianos o que se hacen pasar por tales, y aún peor, de ciertas iglesias.

Sí, es muy triste ver que solos los valores anti-religiosos son preconizados en las escuelas, que unas leyes que violan los mandamientos de Dios son votadas en ciertos países, en muchos países, que en todas partes, en los medios de comunicación, las películas, los artes, los espectáculos, son exaltados la perversión, la violencia, la duplicidad, los siete pecados capitales, que los niños pierden su inocencia tan temprano bajo el pretexto de "libertad".

Es verdad que Dios nos hizo del don imprescriptible de la libertad y nadie podrá quitárnoslo. Pero esta libertad, ¿qué uso haremos de ella? Adán y Eva eran sin pecado y eran libres. Ellos escogieron de conocer el mal... para conocer todo, para saber todo, para ser como Dios...

La santísima Virgen María era sin pecado y era libre. Ella escogió de permanecer pura y fiel a Dios y su Inmaculada Concepción permaneció inviolada por la eternidad. Nosotros, que hemos nacido con la mancha del pecado original y alrededor de quien el demonio merodea continuamente, buscando a quien devorar, tenemos también, a cada minuto, la libertad de escoger nuestro camino.

Hace unos años, un señor "liberado " y orgulloso de su persona, interpelando a una religiosa con respecto a su voto de castidad: "Usted no me hará creer que, en nuestra época, uno puede vivir sin el placer, sin el deseo!" Y ella le contestó: Señor, mi modelo es la Virgen María." "¡Cantáselo a su abuela!¡No la creo! Uno no puede vivir sin el deseo." "¡Señor, cada uno pone sus deseos a su nivel!" Y él se fue, vencido y contrariado.

Sí, elevemos nuestros deseos más alto, consideremos cuanto Jesús nos quiere, todo lo que hizo por nosotros. Volvámonos hacia el crucifijo con una mirada nueva, como si fuera la primera vez, y miremos a nuestro Jesús clavado en la madera, mirando a cada uno de nosotros con una mirada cargada de amor y de misericordia, ni un reproche... puro amor... Consideremos todos los favores que hemos recibido de Dios desde el comienzo de nuestra existencia.

A nuestro nacimiento, Él estaba aquí... a nuestro bautismo, Él divinizaba nuestra alma... Vino a vivir en ella con la Trinidad entera.. Y no lo sabíamos.. Esto no lo impedía de amarnos, de actuar en nosotros. En nuestras primeras caídas, Él estaba aquí... después, en las otras. Él reparó pacientemente todo lo que hemos quebrado.

Lo hemos rechazado... diez veces... veinte veces... cien veces. Él regresó, Se instaló a nuestra cabecera... Nos curó... Hizo más bello. En la tempestad, Él estaba aquí, compañero invisible en el barco...

...Cuando llevaba la cruz, Él estaba allí, del lado más pesado, por miedo que su hijo amado fuera aplastado bajo el peso. Usted le ha olvidado durante muchos años, ha vivido como si no existía... Él le espera y le mira a usted con amor.

Usted le ha negado, después de haberle dado su corazón; le ha abandonado, pensando que usted iba a encontrar algo mejor en una criatura y, en muy poco tiempo,usted ha entendido que nada, ni nadie, puede sustituirlo o compararse con Él. Y Él le mira a usted y le espera con amor, con la misma mirada que en la Cruz, como el padre del hijo pródigo, como el Buen Pastor que estrecha sobre su corazón a la oveja encontrada de nuevo...

Deje su corazón lanzarse hacia el Suyo y dígale: "Oh Jesús, tus manos están clavadas: seré tus manos para cuidar de los enfermos, dar de comer a los pobres, a los huérfanos, sepultar a los muertos, construir tus iglesias, escuelas, dispensarios, orfelinatos, hospitales donde tendrás el primer lugar en tus pobres y en tus pequeños. Seré tus manos para elevar la Hostia Santa y ofrecerte en sacrificio en los altares para implorar Misericordia de tu Padre y salvar, para Ti, millares de almas.

Oh Jesús, tus pies están clavados, seré tus pies para ir por los caminos donde me enviarás, para anunciar a todos la Buena Nueva, decirles cuanto les ama, para llevarte en triunfo a los cuatro rincones del mundo.

Oh Jesús, tus ojos están velados con lágrimas, con el polvo del camino, seré tus ojos para mirar con amor a todos los que encuentre, a los mal amados, a los presos, los abandonados, los amargados, los tibios, los indiferentes, para que sepan que estás aquí y cuanto Tú les amas.

Oh Jesús, tu boca se ha cerrado en el transcurso de la agonía, después de haber bebido la hiel y el vinagre, después de haber apurado el cáliz hasta el final, después de habernos dado por Madre a la Santísima Virgen María, tu propia Madre: seré tu boca para decir a todo el mundo que Ella es verdaderamente nuestra Madre y cuanto Ella nos ama, y cuanto Tú nos amas, seré tu sonrisa para dar de nuevo ánimo y confianza a los desgraciados y a los desesperados. Seré tu boca para cantar las alabanzas divinas, para hacerte amar y hacer amar a la Santísima Virgen María.

Y ustedes, vocaciones de sacerdotes que leen estas líneas, y que tardan en contestar por no sé qué motivo, por pereza o por cobardía, porque están demasiado a gusto en su comodidad y su voluntad propia, porque tratan de convencerse que uno puede servir a Dios aunque se quede en el mundo, que uno puede "ayudar de otra manera".

Serving God and Others in the Priestly and Religious Life

"La vocaciOn Religiosa y/o sacerdotal:
una vocaciOn de servir a Dios y a los otros..."

¡Por cierto! ¡ pero usted está llamado! ¿No tendrán piedad de estos fieles? que recorren kilómetros, caminando varias veces al mes, para preguntar cuando tendremos los próximos bautismos, de estos niños, de estas religiosas que se preguntan si Monseñor Jean Marie podrá enviarles un sacerdote para Navidad o la Semana Santa, o si tendrán que contentarse, como esto ya ocurrió, de la comunión espiritual porque no tenemos bastantes sacerdodes.

Se lo suplicamos, salgan de su cascarón y contesten: "Presente", vayan valerosamente al encuentro de este Jesús que les ama tanto, que les mira con tanto amor, diciéndoles: "Ven, sígueme; de ti que amo, haré un pescador de hombres."

[…] Jóvenes y menos jóvenes, es a vosotros que me dirijo hoy para que toméis seriamente mi llamada. (Después de un corto silencio, Nuestra Señora se dirige directamente a cada uno) Te necesito para anunciar el Evangelio de mi Jesús. Te necesito para celebrar la Misa, Sacrificio de Cristo, mi Hijo.Te necesito para cantar las alabanzas de mi Dios. Te necesito para asistir y mimar a los enfermos de Jesús. Te necesito para enseñar a los pequeños y a los grandes y darles a conocer el amor de Jesús. Te necesito para ponerte al servicio de las Misiones. Te necesito para que te pongas al servicio de los pobres, de los infelices, de los incomprendidos, de los olvidados, de los hambrientos, de los sin-sonrisa, de los sin-afecto, de los contagiosos, de los desesperados.
(Nuestra Señora a Monseñor Jean Marie, el 14 de septiembre de 1993)

Nuestra Señora el 14 de diciembre de 1995:
Mis pequeños hijos, que la paz no deje vuestro corazón… Mis pequeños hijos, mi Corazón sufre de ver a tantos jóvenes y otros no tan jóvenes que se desvían voluntariamente de la vocación religiosa;dicen que prefieren servir a Dios en el mundo… Pero el o la que recibió la Llamada no puede servir a Dios correctamente, en la Voluntad Divina, en la vida laica no consagrada sin ofender el Amor de Dios, de este Dios que se inclinó hacia él y que le llamó por su nombre. Entended, mis pequeños hijos, cuán grande, cuán bella, cuán suave es la vida de los consagrados y cuánto es grata y le agrada al Dios Todo-Poderoso, Trinidad Adorable. Soy la Madre de los consagrados, tengo un amor de predilección por las almas consagradas, les protejo, velo tiernamente por ellas con todo el amor de mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Las almas consagradas en la vida religiosa o sacerdotal son perlas preciosas que honran y embellecen la Santa Iglesia de mi Divino Hijo. Que la humildad del Niño Dios del pesebre reine en todos los corazones de los consagrados."

[…] "Y vosotros, Siervos y Siervas, Religiosos y Religiosas, Sacerdotes y Obispos de la Congregación que quise en este lugar bendecido, permaneced en la paz y comprended cuánto os amo de un amor de predilección. Sed al servicio de todos, testigos del Amor misericordioso. Sed al servicio de los pobres, de los enfermos, de los inválidos, de los moribundos, de los presos, de todos los que sufren, tanto en su corazón como en su cuerpo, como si era yo quien actuaba.Puesto que es por vosotros que quiero aportar la paz y el amor a los que sufren y a todos los hombres de buena voluntad."
(Nuestra Señora a Monseñor Jean Marie, el 10 de junio de 1997)

  • MÁS SOBRE LOS MENSAJES DE NUESTRA SEÑORA DE FRECHOU...
  • Contactarnos aquí:

    DirecciOn postal:
    Iglesia Nuestra Senora de Frechou
    502 N. Central Ave
    CHICAGO, IL, 60644-1501 - EE.UU.
    Telefono: +1 815 923 4350
    Fax: +1 815 923 4519
    Email: INFO@FRATERNITENOTREDAME.ORG